Biografía

Clio Mandrelli nace en el mundo de la escena y del espectàculo y es producto de la union entre esta artista y algunos entre los màs grandes intérpretes de la danza y del mimodrama mundiales.

Danzatores ya consagrados en el Olimpo de la celebridad, excelentes coreògrafos y maestros del ballet han sido los interlocutores privilegiados de Clio en su trabajo artistico, en su bùsqueda formal, en su deseo de alcanzar las raìces del subconsciente, del materialisar las emociones, de dar cuerpo a la sugestiòn de los istantes sin tempo.

Sus figuras desafìan la fuerza de gravedad y parecen levantarse hacia el cielo, en busca de un espacio donde se haga posible una comunicaciòn entre los hombres sin barreras y sin obstàculos. Y es por esa razòn que sus estimadores no tienen nacionalidad, edad.

Esa mujer ha elegido un medio expresìvo que no tiene ni fronteras ni lìmites linguìsticos; la pintura, asì como la danza, puede hablar a todo el mundo, puede comunicar emociones, permitir un dialogo que, de otra manera, serìa difìcil, quizàs imposible.

Los coreògrafos de todos los paìses del mundo la han visto como la intèrprete natural de sus proprios ademanes etèreos, de su proprio mundo emocional y de su honda creatividad.

Clio empiera, asì, un largo camino itinerante por las ciudades y teatros de Italia y de Europa, antes de cruzar el ocèano.

Protagonistas de las imàgenes de Clio son los danzadores, los mismos que claman en sus teatros y la invitan a trasmitir y a eternizar, a travès de su lenguaje expresivo, unas sensaciones que, de otra forma, se dispersarìan en los istantes efìmeros de la escena.

Son imàgenes y no mera reproposiciòn iconogràfica de las alquimias de los gestos, ni unicamente de la busqueda de un equilibrio formal, de una armonia clàsica o de un dinamismo moderno.

Se trata, màs bien, de màgicas formas cargadas de multiples e ìntimos sentidos, abiertas a una infinita lectura simbòlica, que van, sin embargo, tan intimamente unidas a la estructura y a la forma de los cuerpos que las han engendrado.

Tierras que se hacen cuerpos, pasteles que adquieren materia, formas plasmadas con las manos, marcadas, gradabas cun fuerza y determinaciò, manos y cuerpo, gesto y ànima, efìmero y absoluto se funden en una sìntesis creadora que parece llegar a atrapar del tiempo una eternidad sin fin.

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Los bosquejos

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